Jesús Barboza
Un pueblo silencioso,trabajador, honesto y luchador dividido por fronteras invisibles. El Bebedero por descanso de las palomas que viajaban hacia el Sur, el Perú por la apariencia tranquila de sus habitantes , la cañada La Silva que "desembocaba" en el Pastelito franja de tierra lavada que caía al agua, ubicada en las tierras de aquel hato histórico "Las Finoles" refugio de todo el que lo necesitaba ,al cruzar la vieja cerca de palos que luchaba por mantenerse en pie bordeando la orilla, el hato de Samuel con un frondoso Tamarindo lleno de frutos, que el propietario luchaba por mantenerlo a salvo de los muchachos que a cada ratos los tumbaban a punta de piedras, al lado el de TELESFORO, limpio y arreglado gracias al trabajo de sus habitantes , Luís regando con un balde aquellas barbacoas que lanzaban el olor de la cebollas y demás hortalizas a la distancia , el dueño ,trabajando desde antes de salir el sol en el Matadero Municipal que servia de lindero y proporcionaba el alimento de los inmensos cochinos , que esperaban con ansiedad , las tripas que caía de la cerca. El Matadero, era unos de los centros económicos del pueblo, proporcionaba productos a las carnicerías, dinero a los matarifes y ayudantes, alimento a los que se acercaban al lugar, entre ellos guajiros que tejían chinchurias con gran destreza, continuando la caminata se atravesaban playas refugio de bañistas que llegaban del "centro" a bañarse en las aguas trasparentes y tomar agua de coco para limpiar el cuerpo de impurezas, al final, el hato de los Carruyo. Vías de tierra, a excepción de la principal donde marchaban los patinadores en fila hasta la plaza centro del pueblo donde demostraban su destreza y echar ojos a las muchachas que la recorrían, al frente de la plaza la Escuela donde los maestros con dedicación formaban niños y adolescentes para el futuro, allí, los fines de curso y otros momentos , el patio se llenaba para ver y escuchar sus Actos Culturales llenos de colores y costumbrismos donde no faltaba el Pájaro Guarandol , la Burrita y el Carite , en la otra acera, la Iglesia llena de flores y blancura, donde acudían los fieles en masa el día de su patrona a escuchar sermones y esperar con ansiedad la salida de la procesión, acompañada de bellas adolescentes vestidas de blanco con velos que cubrían sus cabellos y parte de sus rostros que las hacia parecer a las imágenes de las vírgenes pintadas por famosos pintores , que solo levantaban su mirada para mirar y sonreír con el galán que a pocos pasos caminaba a su lado al compás de la música de viento , mas allá la jefatura, donde en muchos caso se hacia justicia en otros menos justa como la vez que encerraron a jóvenes del lugar por estar jugando pelota de goma y culparon de romper una ventana imposible de alcanzar. Algunas noches, se escuchaba la guitarra de Anguito acompañado de Rafito que le hacia coro.
Antes de llegar a la vía principal, la calle donde los muchachos ,pelota de goma en mano o de media comenzaban sus caimaneras al salir de clases o los fines de semana , allí, hicieron sus primeras atrapadas y largos batazos Leonel, Argenis y Alex , nació Antonio, que aun mantiene los recuerdos . Al atravesar la vía , el hato del Bolito donde vivía Nerio, que veíamos hacer maravillas con el guante en el equipo Doble Punto, continuaba la tienda atendida por Odeardo lugar de descanso de Burro Negro, el cual después de trabajar todo él día en el matadero y tener una violenta pelea con Alfonso, dormía la siesta. El Cazon con su familia, El Toche, cuyo verdadero nombre desconocido por casi todos era Hermelindo Báez, continuaba la calle hasta el tapón de la Guajira. La calle Principal, vía que conducía al centro del pueblo, cubierta con asfalto que evitaba ensuciarse los zapatos de arena, en sus aceras estaban ubicados: el mercado antes de llegar a la cañada La Silva; el Comedor Escolar refugio de estudiantes donde además de los alimentos balanceados no faltaba la leche y el postre, la atención y sonrisas de sus trabajadores y su querida Directora, la señora Lina ; la quinta de los Villalobos que junto con la de los Albornoz era unas de las modernas de la época, el Dispensario dónde enfermera y médicos atendían con sapienza y dedicación al que los necesitaba, la bomba de los Albornoz que con la del los Socorros surtían a las automóviles y camiones que transportaban ganado , la tienda de Salvador Albornoz donde no le negaba alimentos a los necesitados , aun sin dinero . La bodega de Algimiro donde algunas veces ocurrían peleas y acudía la perrera a calmarla, más allá, la esquina la casa de Clodo al frente los Montiel donde todas las noches se paraba El Gato del Perú a suspirar por la muchacha del frente. Los carnavales con el palo encebao , la cucaña de pepe y cochinos llenos de grasa, bailes en un terreno cercado con palmas de coco, donde llegaban los caballitos. Los viajes familiares a la Cachicambera hogar de Rafito Muñoz y el Bajo, en busca de las verduras, cebollas y frutas frescas entre ellos mangos, caujiles, y lechosas.
Recuerdos que por ser tantos escapaban a unas pocas páginas, pero lo más resaltante era LA SOLIDARIDAD. En el San Francisco que conocí, no existía el hambre, era saciada por los frutos de la tierra, el Lago, el Matadero y sus habitantes, que olla o plato en mano, llevaban alimentos o medicinas a los más necesitados. San Francisco era todo un gran hato, lleno de bondad, alegría, amor y deportes ,Doble Punto, Santa Teresa , Cemento Mara y muchos otros , donde se iniciaron grandes deportista como Nelson Castellano "Caneca", su primer pelotero en USA,
¿Donde esta en el 2010 aquel paraíso? Sus habitantes y los que lo sentimos propio, deben contestar y rescatarlo de ser posible.
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