lunes, 29 de octubre de 2012

RICARDO PORTILLO, CANTOR PRENDADO DE MARÍA

“La belleza que atrae, rara vez coincide con la belleza que enamora” José Ortega y Gasset (1883-1955) Ricardo Portillo ha pasado su vida entre enamoramientos muy fuertes. El primero con Laurel, su madre, la señora Laura de Jesús Portillo Acosta, a quien ha dedicado muchas gaitas, ha nombrado con amor en sus temas desde los años setenta, cuando militaba con el Grupo Guaco. De ella heredó su “GPS armónico”, su infinita melodía al cantar. Luego se hizo novio de Amparito, la colombiana que participó en el certamen Señorita Colombia en 1975, su nombre Amparo Núñez, mujer morena que lo sedujo y generó ese porro conocido en todo el Caribe, grabado por tantas orquestas y agrupaciones gaiteras, que ya tiene 128 versiones y le ha generado regalías en 14 países. Desde la década de los 80 ha compartido sus cuitas, nostalgias y proyectos con Lorena Carrasquero, amorosa compañera, solidaria esposa desde el año 1985, madre de sus tres hijos: Patatito, Tilito y Laurita, como los nombra en sus gaitas. El mayor de sus vástagos es Ricardo, tiene 24 años de edad, el segundo es Richard tiene 22 y Laura es la menor, próxima a cumplir 18 años. Ahora sus días y noches son para cantarle a su amor más prolongado en el tiempo, a la pasión ascética que le genera la Virgen María, la madre universal. A ella ha dedicado versos hermosos: “María, Virgen María mi amor te entrego con las rosas blancas y amarillas esa pasión nació en la misa amor, no es una fantasía.” (Amparito Show,2004) Ricardo nació en la calle Guayaquil, el 16 de octubre de 1943, en una casa muy cercana al Puente O´Leary, el mismo que diseñara el belga León Hôet en 1909. Hoy en día, esa calle no aparece en el catastro municipal, solo vive en el recuerdo de Ricardo, era modesta, enclavada en la barriada Santa Lucía, llena de moradas interconectadas, con fachadas multicolores, techos de tejas bermejas, con puertas de agua y gárgolas en lo alto de sus frontispicios. Sin ningún parecido con la gran metrópoli ecuatoriana a orillas del río Guayas a la que debe su nombre. Pero en esa modesta calle, Ricardo oía cantar tangos a su madre Laurel, comenzó a ejecutar el cuatro, que más tarde le permitió ser integrante del conjunto de Julio Franchi Molina, Los Vegueros en 1964, allí cantó valses y danzas junto a músicos de gran calidad como Tony Vera. Después entró a la gaita, con Los Sandungueros en 1966. En el año 1967 integra el conjunto Rincón Morales en el rol de cuatrista. Luego vino el fulgor artístico con Cardenales del Éxito en 1968, la divisa que más ha querido y ha sentido presente en su afecto profundo. Comenzaron sus éxitos musicales, “Míster Plátano” de Hermes Chacín En la época pasada se vivía sin apuros regalaban los maduros porque no valían nada. Nuestro fruto lo han llevado totalmente al exterior mientras que aquí ni el olor nos da del plátano asado lo llevan prefrabricado con marcas Made in New YorK” (Cardenales del Éxito 1968) En 1975 entró el Grupo Guaco junto a Simón García, su mejor amigo, compositor de gran maestría que había nacido en 1941, se admiraban mutuamente. En Guaco marcó la segunda etapa evolutiva de esa propuesta vanguardista y juvenil. Plasmó gaitas como “María La Bollera”, “Reminiscencias”, “La Clave”. Salió de Guaco a principio del año 1980 para formar parte de La Universidad de la Gaita por dos años, junto a los exintegrantes de Cardenales del Éxito, sus amigos Renato Aguirre, Ricardo Cepeda, Astolfo Romero, Ender Fuenmayor, Danelo Badell y su carnal Simón García. En 1983 pasa a las filas de La Nueva Generación, agrupación que seguía el estilo guaquero, con dirección musical del pianista Alirio Pérez, con ellos consigue éxitos como “Cada vez que sale el sol” y “Mango con chocolate”. En 1985 logra un buen contrato con el sello Sonorodven para conformar su banda La Colmena, recibiendo un gran impulso de Venevisión, planta perteneciente al mismo consorcio. Colocó en los primeros lugares en la cartelera de éxitos en Venezuela el tema “Tengo” donde rinde homenaje a los cantantes que pertenecieron al boom de la producción nacional de los años 80, producto del decreto “uno por uno”. En 1986 lo llama el empresario Jesús Chichilo Urribarrí para conformar los Cardenales del Éxito reagrupados, recién había comprado ese conjunto a Pedro Suárez, Allí se reencuentra con sus antiguos compañeros de la Universidad de la Gaita. Fue solista estelar, pegando gaitas como “La Sirena”, “Es Amor”, “La ciudad más bella”. Lo nombran director de la agrupación y comenzó una etapa muy creativa donde conquista varias gaitas del año; “Mi Ranchito” de la temporada 1993 y “Madre es madre” de 1994: “Fue la pena más amarga la que viví aquella tarde cuando tus ojos cerraste sentí que me desplomaba. Porque el hijo que tú amabas con el corazón desecho daba golpes a tu pecho para que no te marcharas”. (“Madre es madre”,verso no grabado) Ricardo Portillo es uno de los mejores compositores de Venezuela, un talento que ha quedado plasmado en temas como “Somos la gaita” grabado con el sello de Freddy León en 1983, “La Raíz de la Gaita” en 1986, “Mis gratos recuerdos” en la voz de Gladys Vera con el conjunto Santanita, la gaita romántica “Mi entrega“ con la agrupación Maragaita y “Lucero de amistad” grabado con Cardenales del Éxito y el coro infantil de la iglesia San Ramón Nonato. Los temas grabados por Ingrid Alexandrescu Mûller con Élite Gaitera son clásicos; “Nació el amor”, “Quédate”, “Te amaré”, “Mi mundo cambió” y “Las pequeñas cosas”. Y una que fuera gaita del año 1996 en la voz de Javier León “La gaita cuando es buena nunca envejece” con el respaldo de Maragaita. En 1995 Ricardo compuso “Las Manos” en agradecimiento a la mejoría de Jesús Terán Chavín, su gran compañero, quien sufrió un accidente cerebro vascular en el Aeropuerto de Maiquetía, que lo mantuvo en estado crítico por varios días. En ese momento estaban juntos en Cardenales del Éxito, desde entonces son amigos entrañables. Actualmente Ricardo Portillo está al frente de su agrupación Amparito Show, con músicos de la talla de Jackson Peña, Chavín, Ender Fuenmayor hijo, sus hijos que ya son jóvenes universitarios. Con ellos ha cosechado éxitos como “Me enamoré de María” en la temporada 2004, “El aguador”, “La Madre del Mesías”(2005), “Los Viejitos” y “La tercera edad” en la temporada 2011. Los comunicadores y el público lo han llamado: “El novio de Maracaibo” por los excelentes temas que ha dedicado a la ciudad, como “Venite pa´Maracaibo (Guaco, 1979), “Lo Cotidiano” con Cardenales del Éxito, “Maracaibo es otra cosa” cantado por Ricardo Cepeda, “La Ciudad más Bella” con los Cardenales del Éxito: “Esta es la ciudad más bella que existe en el continente tiene lago, China y puente gaita y hospitalidad tiene el calor y la gente de más alta calidad.” (Gaita del año en 1990) Lo han llamado “el novio de Amparito”, por el éxito de ese tema desde que lo grabó Maracaibo 15 y la orquesta Los Melódicos. Ahora dedica sus días a cantarle a la Virgen María, y a recibir el apoyo de un público que lo admira, lo respeta, lo tiene ubicado en el decálogo histórico de los mejores gaiteros. “La hija inmaculada de la humanidad es semilla de Joaquín fruto de Ana su mamá. Luego por ser madre del Mesías te venera el universo con el nombre de María.” (Amparito Show, 2005) Ricardo Portillo es un músico estelar, cantante con sello muy particular, influenciado en sus inicios por el carioca Roberto Carlos. En su cumpleaños 69 celebró junto a su familia y ratificó que es un hombre carismático, afable, un líder con aspecto de inca. Sus gaitas jamás se las llevará en viento, serán bandera sonora, canción colectiva de amorosa pertenencia. León Magno Montiel Twitter @leonmagnom Correo leonmagnom@gmail.com

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